lunes, 11 de febrero de 2008

Talibanes de lo nuevo

Hay una raza a la que tengo especial manía. Los modernos. Pero no a la gente a la que le gusta vestir diferente, o el progreso. Sino aquellos a los que sólo les vale lo nuevo. Aquellos para los que no existe nada que esté "pasado de moda", siempre según su propio criterio, por supuesto, o del de supuestos "gurús", cuyo trabajo no es otro que establecer qué es moda y qué no lo es. Y que encima cuando les cuestionas porque te resulta ridiculo llevar los pantalones cagados, no te metes coca o no te pones gafas de sol dentro de un pub a oscuras, te conviertes en persona "non grata". Es lo que pasa cuando viven de decir a la gente lo que tiene que consumir/hacer/pensar. Proliferan por doquier secciones de revistas que nos dicen lo que está "In", y lo que está "out". Incluso una vez el petardo de Carlos García Calvo, calvo como su apellido, dijo que "lo que no se lleva es tener una casa de estilo oriental en Madrid". Tiene cojones, encima de hipotecarte de por vida para pagarlo, tu minipiso esta pasado de moda.

Hay gente que se mete en un circulo del que no puede salir, y se gasta verdaderas fortunas en estar a la ultima. Hasta el punto de comprarse una chaqueta o unas zapatillas y ni siquiera llegar a estrenarlas porque de camino a casa se han pasado de moda... A esa gente les diría que esperaran unos minutos, porque pasado ese tiempo se convertirán en un clásico retro, y volverán a estar de rabiosa actualidad durante exactamente un día más. Tienen además una característica que a mis ojos les hace especialmente indeseables, que es el hecho de que hablan de cosas que no entienden, todo es de oídas, y encima no profundizan en absolutamente nada. Tal era el caso de una novia que tuve, que odiaba el cine. Ella me juraba y perjuraba que no, que lo que le pasaba era que le gustaba el cine independiente y no el comercial. Pero era tan obtusa que en vez de ver buen cine, sin importarle el origen (hay verdaderas joyas en el mal llamado cine comercial, y autenticas bazofias en el mal llamado cine independiente), se tragaba verdaderas mierdas del mal llamado "cine de autor" (todo film que persigue obtener unos ingresos es comercial. Todo film tiene un autor. Incluso las peores pelis de hollywood las perpetra gente con nombres y apellidos). Peliculas que no valían un pimiento, y que cuando las veíamos juntos yo ya me percataba de que ni siquiera las comprendía, ni las interiorizaba. Le bastaba con sentirse a gusto de saber que, de cara a la galería, había visto una pelicula en version original polaca subtitulada en checoslovaco y rodada por un libanés. Técnicamente no existe el cine independiente (gracias por explicarmelo, Daniel). Es todo comercial. Paradójicamente la única pelicula verdaderamente independiente fue "La guerra de las galaxias", cuyo director, George Lucas, se autofinanció rodando "American Grafitti". Tal era el ansia por lo nuevo de esta chica que nada le llenaba, y resultaba un suplicio incluso pedir en un restaurante. Nunca decidía a gusto, nunca sabia qué elegir. La eterna infeliz. La eterna satisfecha. Y siempre hacia lo mismo. Cuando le traían el plato, decía: "tenía que haber pedido otra cosa". Y todo en su vida era igual, porque cuando uno es un radical de la modernidad es porque nada le llena. E intenta llenar su vacío espiritual con discursos tan pobres de contenido que son como la comida china, uno se llena al principio, pero enseguida le entra de nuevo el hambre. Qué pereza, ¿verdad?

Me alegro tanto de no ser así... me siento capaz de apreciar por igual una mousse de setas con espuma de azafrán y guarnición de ibéricos al foie, que un simple huevo frito. Y me vale más una historia antigua que transmita una enseñanza, que una visita a ARCO repleta de artistas "cool" que usan el sexo explicito para llamar la atencion, y suplir así su falta de contenido e ideas. Por poneros sólo un par de ejemplos.

Modernos del mundo: madurad de una vez, coño, que sois muy cansinos.

2 comentarios:

leyrecita dijo...

Yo odio el típico cool que si dices que te gusta la última de Kylie MInogue te mira con cara de pena por tu incultura y luego él se cree que es guay por escuchar Coldplay... eso lo ponen en los cuarenta también, pringado! estoy contigo Ramón!

Señorita Puri dijo...

Que les den por cool
X-D