lunes, 5 de noviembre de 2007

Viejunos

En breve celebraré mi cumple. Nada mas y nada menos que 32 tacos... atrás dejé la crisis de los 30, que encima me llegó a eso de los 28, y aunque superada, aún me duelen las heridas de ese punto de inflexión extraño... no me siento un hombre pero tampoco un viejo. No me siento un joven pero tampoco soy ya un niño. Es como estar en la cuerda floja y no terminar de caer hacia ningun lado. Aunque nos gustaria ser pasto de estadisticas, lo cierto es que somos clase media. Pero media en todo. Ya no tenemos el abono joven, ni recibimos subvenciones al alquiler, ni tenemos edad para pensar en comprar casa si ya no lo hicimos... Los chavales en la cola del super te llaman "señor" mientras compran bebidas que hace un par de años tu mismo comprabas con fruición sintiéndote mayor, al tiempo que deseabas parecerlo. Y las señoras en el bus te consideran ese apuesto joven que les deja el sitio amablemente (o no, que las hay que tienen mucho morro).

"Vive deprisa, muere joven y deja un bonito cadaver", que decía James Dean... Pero lo más jodido es esa sensación de NOEXISTIR, de estar en ninguna parte, o de estar en el purgatorio... la parte intermedia entre cielo e infierno.

En resumen, "demasiado viejo para morir joven y demasiado joven para morir de viejo..."

4 comentarios:

Anónimo dijo...

un poco de positivismo, coño!!!!

Por lo menos eres un treintañero interesante y no un insulso veinteañero, no??

Además, ya no tenemos acné...

Fdo: los treintañeros al poder

Agatha Blue* dijo...

Esta frase de James Dean, totalmente aplicable a Marilyn y a Elvis, define en parte, al síndrome de Peter Pan.

Pasé tb la crisis de los treinta, pero ya he tenido tres años para acostumbrarme. Así que ví que no tenía mucho sentido seguir luchando contra los caprichos inevitables de la naturaleza: Tengo alguna arrugita bordada cerca de los ojos y mi cuerpo ha sufrido ligeras transformaciones en las que empiezo a ver la silueta de mi madre.

Aunque por fuera me cuido todo lo que puedo, últimamente pongo mas empeño en mi espiritu, ya que si Dios me concede seguir saboreando la vida pasados los ochenta, espero que mi alma siga siendo joven mucho tiempo mas.

La edad, al fin y al cabo es un capricho de los números. La esencia vá por dentro.

Me ha gustado mucho este artículo Mon.

Un abrazo... y muuuuchas felicidades.

Agatha Blue*

Mon dijo...

jajajajaja... si no estoy depre! me lo tomo con sarcasmo, o ironia, pero de hecho me sorprende ver que me gusta cumplir años. en parte porque no parece la edad que tengo, sino seis mese menos :-P y en parte porque a medida que me hago mayor me veo más guapete, y las cosas me van importando menos... algo bueno tenia que tener envejecer! Los treintañeros al power! Y gracias, agatha... no se si el alma puede "rejuvenecerse", pero si que es cierto que estoy haciendo cosas que no hacía de adolescente, por miedo, o circunstancias varias. Espero no acabar de viejecito andando desnudo por la calle y que todo me importe un pito(y nunca mejor dicho), jeje.

Anónimo dijo...

Soy Kelly tu nota “Alergia cultural (y otros cuentos)” me ha recordado algo que escribí hace tiempo y por lo que cuentas aún tiene vigencia en nuestra querida e ignorante España de hoy.

Y cito:

“Rojo, me llamaban. Rojo,
a mí que amaba a la naturaleza
más que a mí mismo
y tenía tan sólo doce años.
Me provocaban a inútiles peleas
de las que yo solía salir bien parado
porque, por suerte, siempre he tenido
cierto talento para hacer daño.
Todo terminó, como suele ocurrir en estos casos,
a hostias en un descampado,
ante la atenta mirada de más de cien chavales
venidos de las tres o cuatro escuelas circundantes,
aunque de poco me sirvió mi victoria
sobre el caudillo de mis rivales,
pues pronto me tocó pasar al bachillerato.
Así que, gracias a nuestro antiguo sistema educativo,
pude salir con vida de aquel póstumo frente de la guerra,
habiendo pagado el precio de haber nacido
hijo de unos padres cultivados
en un país que llevaba medio siglo
presumiendo de ignorancia,
y con una clara visión
de la continuidad de la historia.”