domingo, 25 de noviembre de 2007

Regalinchis

Hace dos sábados celebré mi cumple. Sé que suena a tópico, pero os aseguro que el mejor regalo que me hicieron mis amigos fue venir a la fiesta que monté en mi casa... vino tanta gente, que hasta se apuntaron un par de agentes de policia a eso de las 4 de la mañana...(ups).

Me regalaron una plancha de asar, electrica (me gusta comer bien), un mando para el Ipod, una colonia, libros, etcetc... todos regalos geniales. Todo acorde con mi personalidad marcadamente sibarística. Pero hubo uno en concreto, que encontré encima de la silla al dia siguiente, del que siempre he renegado.

Nunca he entendido que la gente comprara peluches y regalos por el estilo. Pues bien, este tipo de regalo, en este caso, fueron unas enormes zapatillas de estar por casa, con forma de lata verde de cerveza, cuya leyenda, reza: "Probablemente, la mejor zapatilla del mundo..." emulando a la famoza marca de cerveza. Buf. Son enormes. Mi piso es pequeño, y me voy chocando con todo (como quien se compra un coche más grande y calcula mal las distancias...). Y encima, cuando me tumbo, no me dejan ver la tele de lo grotescas que son, teniendo que bajar los pies.

Pues me van a perdonar los que me regalaron el resto de cosas, pero que sepáis que, de todos, ¡es sin duda el mejor regalo! ¡Son tan graciosas! y calentiiiitas calentitas. Nada más llegar a casa me las pongo, y mi comodidad con ellas es directamente proporcional a lo grandes que son... Probablemente, no. Puedo afirmar sin lugar a dudas que SON las mejores zapatillas del mundo.

Con lo que yo he sido.

4 comentarios:

Agatha Blue* dijo...

Hace unos años ( bastantes años, creo que yo tenía quince... ) me reglaron unas zapatillas que eran gigantes. Eran dos negritas con enrmes pendientes de aro en las orejas. Entre los pendientes y Toy ( el perro caniche que por entonces convivía con nosotros ) que se enamoró perdidamente de aquellas enormes zapatillas... andaba arrastrando por la casa prendido de mis zapatillas los cuatro kilos de perro por el pasillo... al final las pobres negritas terminaron degolladas por Toy ( imagino que nunca llegaron a entenderse del todo ) y lo único que pude rescatar fueron los cuatro pendientes que colgaban de sus orejas.

Casi se lo agradecí, para que te voy a engañar.

Agatha Blue*

Mon dijo...

jajajaja... menos mal que no tengo perro. Si me regalan uno, o me lo compro, procuraré hacerlo después de este invierno extremo...

Unknown dijo...

si lo que querías era tener los pies calientes, sin perder glamour, podías haber encendido la plancha y colocar los pies encima ¿no? PLANCHA VS ZAPATILLAS (gana plancha)

Mon dijo...

cuanto rencor, con lo que me gustaron vuestros regalos, gemita...