martes, 20 de noviembre de 2007

Que NO toda la vida es sueño

Y los sueños, sueños son.
El otro día tuve un simple, pero extraño sueño. Yo entraba en una panadería y pedía un donut, por el que me querían cobrar 5,10 euros... por supuesto en el sueño le montaba la bronca a la panadera. Tras esa agitada noche no supe porqué soñé tal cosa, pero me quedó claro que lo que sale caro no son los donuts (ni tan siquiera la vida), sino los sueños. En especial los de otros. Esto me hizo pensar. Porqué, o mejor, ¿Qué impulsa a la gente a perseguir sus sueños? ¿Qué hálito vital es insuflado a esos seres cuya única meta en la vida es alcanzar algo que no existe, y que puede que nunca alcancen?

De la misma forma que pienso, o más bien, sé, que "la gente de carácter" lo que tiene en realidad es mal caracter, desconfío profundamente de la gente que afirma con arrogancia "que sabe lo que quiere en la vida". ¡Brrrrrr! Un escalofrío recorre mi cuerpo cuando oigo eso y salgo huyendo. Gente con tanta ambición que a su lado la tuya (tan humilde y básica y tan alta al mismo tiempo, ser simplemente feliz), resulta nimia e inexistente.

Consejo: No te cruces en su camino. Porque JAMÁS negocian. Y nunca (y digo nunca), te rodean.

Simplemente te pasan por encima.

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