sábado, 10 de noviembre de 2007

Mudanza de cerebros

Una vez leí un artículo en una revista que hablaba de gente que, en la época en la que vivimos, vive sin televisión en su casa. En un país en el que tocamos a más de un televisor por habitante (la ultima estadística que vi hablaba de mas televisores que neveras por hogar), esto no deja de ser chocante. Y parece que si, que se puede vivir sin tele. Pero lo que más me chocó fue que ente las razones para no tener televisor, la más repetida fue “nos la dejamos en una mudanza, y luego no compramos otra…” me flipa lo de olvidarse una tele en una mudanza. Pero pasa con algunos abuelos, perros, suegras y demás trastos que acumulamos en las casas :-P

Con lo que no creo que esta gente pudiera vivir es sin cine. Aunque éste últimamente adolece de una falta de imaginación en las historias (agravada más aún hoy, que en la meca del cine están sufriendo una huelga indefinida de guionistas), de excesivos efectos especiales y actores sosainas encumbrados más por sus líos de faldas que por una efectiva interpretación.

Pero me quedo más tranquilo ahora que entiendo lo que ha ocurrido. Al igual que en las mudanzas el españolito de a pie se deja una tele, los productores de Hollywood que se mudan a su nueva casa con piscina en Beberly Hills pierden muchas veces lo más importante, que no es otra cosa que ALGUN TIPO DE GUIÓN CON EL QUE NO LIMPIARSE EL CULO TRAS LEERLO. Aunque como veréis nunca este “pequeño detalle” ha impedido seguir rodando películas ni allí… ni aquí.

2 comentarios:

Daniel dijo...

Yo me la dejé en la mudanza y luego pasé de pillar otra... aunque la tele no era mía, no me mudé acompañado y no tenía dinero para teles.

Mon dijo...

A mi me paso algo parecido con mi ex novia. Me mudé de piso y me la dejé en la otra casa. Menos mal, porque al principio solo ponia culebrones, luego melodramas, algo de tragedia y al final solo daba malos programas...