Punch Drunk Laugh (Embriagado de humor)

Nada es casual.
Todo sucede por algo.
Ni la canción recientemente descubierta de Nacho Vegas.
Ni mi conversación con Maito.
Ni este blog.
Ni siquiera haberme topado contigo.
Has llegado a mi vida cual elefante en cacharrería, pero casi sin desearlo, de forma natural e inconsciente, te has salido con la tuya… o con la mía. Has conseguido que me pare, desee cambiar y mirar pa´dentro. Y te ha bastado únicamente adoptar la postura que mis amigos hace tiempo adoptan para poder sorportarme cuando no me soporto ni yo, que no es otra que la de “no tomarme demasiado en serio”.

Como se suele decir, un amigo es aquel que lo sabe todo de ti, y sin embargo te quiere. Pero esta persona no sabe nada de mi. Aún está descubriéndome. Como diría Macaco, “mascaras pa´fuera, tu interior es de oro”. Y aún esta tratando de dilucidar si mi interior es de oro, al menos para ella. Pero independientemente de ella yo quiero cambiar. Me ha hecho cambiar. NECESITO cambiar. Y he decidido dejar de usar tan a menudo el humor para agradar a la gente. No necesito ya demostrar nada a nadie, o más bien me hizo ver que que algunas cosas se demuestran solas.

Dicho esto, este blog nació con la intención de hacer reir/agradar. Y morirá habiendo cumplido con dignidad este papel. Pero no deja de ser un bonito escaparate que impide mostrar mi verdadero yo, al igual que otros escaparates que muestro en el ciberespacio. Y ahora has venido a romperlos de una pedrada. Gracias, Aurora, de corazón. Porque corría el riesgo de quedar atrapado dentro de mi reluciente armadura. No soy influenciable, más sí permeable al cambio. A la evolución. Tal vez no hayas hecho nada, tal vez todo. Pero yo debo ser el motor ultimo de mi propio cambio…

Yo soy yo, y mi circunstancia. Y como no puedo cambiar esto ultimo, he decidido emprender el camino de ser solo yo. A secas. Cuando sepa dónde me lleva, os lo haré saber…
o no.

Gracias a todos.