lunes, 26 de noviembre de 2007

Rebelión

Existe una forma correcta de hacerlo todo. O casi todo. Sobre todo en publicidad el buen uso de un producto, o más bien su enseñanza, aseguran el éxito de la empresa. De todo estudiante de marketing es conocida la anécdota de aquella empresa de dentifricos que, en números rojos, reunió a todos los trabajadores y les conminó a aportar soluciones, o ideas, que sacaran a la empresa de la crisis. Uno de ellos aportó la solución: ensanchar la boca del tubo de pasta de dientes, generando de forma involuntaria en el consumidor un mayor consumo...

Afortunadamente siempre existirá el libre albedrío, y la gente, informada debidamente, siempre podrá "rebelarse a su manera" contra los intentos de las empresas de generar un mayor consumo. En mi caso supone preguntarme casi de forma constante: "¿realmente necesito esto para vivir?" Y siempre la respuesta me ayuda a llegar a fin de mes con cierta holgura.

Átate bien los cordones, no cruces por ahí, apréndete tal o cual trozo de historia... desde pequeños somos "guiados" por nuestros progenitores en todo acto cotidiano, aún cuando éste suponga algo tan desagradable como aguantar besos de tu tia abuela (a quien apenas ni ellos mismos conocen y aguantan), y que para ti es "esa mujer con la cara llena de grasienta crema hidratante y fuerte olor a jazmin..."
Con los años nos pensamos que los padres dejan de enseñarnos, más lo único que hacen es pasar el testigo a la sociedad. Es decir, gobierno, empresas y autoridades competentes. O no tanto. Pues sus motivaciones siempre son, en el primero de los casos, aborregamiento, en el segundo consumismo silencioso y además agradecido, y en el último doblegamiento del espiritu de lucha contra lo que uno considera injusto... pero legal. Centrándonos en el segundo (del resto podría estar hablando días),

¿Quién decidió que la publicidad de un periódico se veía más en las páginas de la derecha?

¿Por qué en los prospectos de pildoras anticonceptivas enseñan el uso del producto con la ilustración de una joven desnuda?

Y sobre todo... ¿Porqué insisten en vender como una cualidad positiva el hecho de que puedas mojar una galleta en leche y que ésta permanezca crujiente?

Agradezco sus esfuerzos, señores empresarios. Pero a pesar de todo, afortunadamente toda la vida existirá el libre albedrío que me permitirá empezar a leer el periódico por el final, no tener que desnudarme para tomar ninguna clase de medicamento, y por supuesto saturar las galletas de leche hasta que reblandezcan... como a mi me gusta. Porque si las quisiera crujientes, no las mojaría en el vaso, ¿no?

Niños, no intentéis esto en casa. Como publicitario os digo: seguid aborregados pensando que vuestra libertad acaba y empieza en poder elegir la operadora de móvil que menos te cobra... O deja de leer este blog, tómate cinco minutos de libertad personal (no hay problema laboral, o humano, exceptuando la muerte, que no pueda esperar eso), y sal del curro a respirar hondo, mirar al cielo y reflexionar acerca de todo esto.

Serás libre durante cinco minutos... esperemos que sean los primeros cinco minutos del resto de tu vida, porque como dice Nacho Vegas,

"Gente nace y gente muere, cada día... los demás nos limitamos a esperar..."

4 comentarios:

Xelo dijo...

¡Me acordé de tu blog! ¿Ves como no estaba tan borracha el viernes? Pero estoy buscando el puñetero video del Jaume y no lo encuentro.

Eso sí, me he deleitado con tus textos, me pasaré por aquí de vez en cuando a ver que cuentas.

Mi blog está aún manga por hombro, a ver si en breve le hago una cabecerita y lo pongo bonito.

¡Besico!!

Agatha Blue* dijo...

Hola Ramon!

Y esas acutalizaciones??

Nos tienes abandonados... :(

Que publique! Que publique!

;)

Agatha Blue*

Anónimo dijo...

me ha encantado lo del la galleta mojada en leche. Lo usaré en algun momento de mi vida. acabo de apoderarme de esa frase. ahora es mia.

Anónimo dijo...

Éste era el dedicado?... pues no sé muy bien si me cago en tí por mostrarme lo patético de la sociedad o darte las gracias por hacer que me de cuenta de las veces que decido ser libre y las que no...

Madre mía cómo estamos!!!! unas vacaciones no nos vendrán mal, no?