Capítulo 2. Los tontícolas.
Por fin estoy en Lanzarote. El mar, el sol, la tierra negra volcánica, sus gigantes pelirrojos...
(¿Ein?).
La isla está llena de alemanes e ingleses, y en general toda clase de "bárbaros del norte" (yo soy un bárbaro, pero del sur)... todos con la piel muy blanca, casi transparente, y el pelo rubio o rojizo. Como los elfos del Señor de los anillos, pero en cutre, claro. Porque no me imagino a Arwen con sandalias de plataforma, ni a su padre con camiseta de tirantes... (bueno, a su padre sí, basta con revisionar las aventuras de "Priscilla, Reina del desierto").
Cuando uno viaja normalmente es para ver sitios diferentes a su país, a su entorno... con la intención de hacer las mismas chorradas. Pero los gigantes pelirrojos lo llevan a sus últimas consecuencias. Sobre todo los ingleses. En su día debieron pensar: ¿Que no molaría tener este mismo Pub irlandés enfrente del mar y con sol? Le añades una tienda de pakistaníes vendiendo "gadgets" tecnológicos (que como todos sabemos, está en su cultura desde tiempo inmemorial vender ipods baratos) y un tex-mex en el que poder dar de comer a los niños la comida típica de Canarias (spaguettis y pizza), sin que molesten demasiado. Le añades una perfumería cada dos o tres tiendas y tienes "Puerto del carmen"...
Pero no acaba ahí la cosa... yo he venido a pasarmelo bien, pensaron, o mejor, qué narices,
¡estoy de vacaciones! que otros se lo pasen bien por mi. ¿Dónde hay animadores de hotel? vamos, bufones, entretenedme, que soy el rey de los cangrejos... (al menos a juzgar por el tono de mi piel). Ahhh, esto es vida. Una piscina caldorra, un montón de gente de mi barrio, un hotel calcado a los que hay en mi país, la misma comida y hasta los mismo idiomas... y encima un tipo agitando los brazos por mí mientras suena "la macarena" a un volumen intolerable... esto es vida, pero...
Sólo falta un detalle. ¡Camarero! ¡Aún veo el mar! ¡Aún la roca volcánica haciendo contraste y el paisaje natural más bello que jamás han visto mis ojos!
Déle la vuelta a mi tumbona por favor, y oriéntela hacia mis congéneres, que no puedo soportar tanta belleza...
jueves, 17 de julio de 2008
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