domingo, 26 de octubre de 2008

Todos tenemos una doble vida

No podemos ser siempre malos, o siempre buenos.
Que ni la bondad ni la maldad absoluta existen eternamente es algo bastante evidente, y pienso mucho acerca de este concepto. Es decir, de alguna forma creo que los genes tienen más peso en nuestra conducta que, digamos, el ambiente en el que nos criamos o desarrollamos. ¿No sientes que hay algo dentro de ti que te impulsa a reaccionar y comportarte como lo haces? las reacciones automáticas son eso, predeterminadas y genéticas.

Yo soy de los que se niega a creer que la gente no es capaz de cambiar, pero si que pienso que la gente es como es, y no hay que cambiarla sino que ellos mismos deben modificar su conducta, más aún si viven en sociedad y esta resulta antisocial. A mi me ha costado cambiar de forma de ser, evolucionar, mejorar, modificar mi chip, pero a menudo me pregunto si lo que me ocurre es más bien que estoy recuperando poco a poco mi antiguo yo. El yo que me quitaron en mi infancia, y que a menudo sale a la luz cuando soy yo mismo. No la careta que la sociedad me ha obligado a llevar permanentemente para poder sobrevivir, salir adelante. Como a Darth Vader. De hecho pienso que, al igual que la caja de Pandora, a medida que avanzo en ese autoconocimiento soy yo mismo, con lo bueno, pero también con lo malo. Y me acepto. Y acepto día a día a los demás, con sus mierdas y virtudes.

No puedo ser yo mismo en términos absolutos, porque necesitaría una isla desierta para ello. ¿Y si mi auténtica personalidad fuera estar todo el día masturbándome? ¿y si a mi me apeteciera pasearme desnudo por la calle? ¿O cantando por mal que lo hiciera? ¿Y si nos dedicáramos todos a potenciar esa parte de nosotros que sólo sale cuando estamos en el baño, a solas, en la intimidad? (no digo que me masturbe en el baño, no solo ahí, al menos, lo hago en sitios que vuestra mente no está preparada para asimilar), Probablemente no quedaría de nosotros más que la cáscara externa, y nos iríamos vaciando por momentos. Mostrando nuestro verdadero yo. Ya no tendría sentido ser malo o bueno, como Darth Vader.

Sólo seríamos nosotros mismos. Todas las veces. Por siempre jamás.

Y para demostrarlo, ahí van más fotos de un Darth Vader adaptado a nuestra sociedad. El día del Orgullo gay, yendo al notario en moto a firmar una hipotéca, lavándose la piñata, etcetc...




1 comentario:

Señorita Puri dijo...

El mejor sistema para hacerlo es fingir diciendo que tenemos el síndrome de Tourette, y cagarnos en todo lo que se menea según se nos antoje:

http://www.youtube.com/watch?v=XBhlyXQeAL0