miércoles, 23 de abril de 2008

Un globo, dos globos, tres globos...

Objetivo: Recaudar fondos para una escuela católica al tiempo que se bate un estúpido record.

Protagonista: Un sacerdote brasileño.

Idea feliz: ¿Porqué no me ato un millar de globos a la espalda y salgo volando?

Resultado: La última vez que contactaron con éste oligofrénico pudo llegar a preguntar por el móvil "que cómo se usa el GPS", para poder dar al longitud y latitud de donde se encontraba.

Conclusión: Si algo puede salir mal, saldrá mal. Y si eres un gilipollas, más aún...

Pregunta a Ratzinger Z... ¿Seguro que sólo te avergúenzas de los curas pederastas?

1 comentario:

Señorita Puri dijo...

Este sí que puede afirmar que ha ido al cielo.