
Protagonista: Un sacerdote brasileño.
Idea feliz: ¿Porqué no me ato un millar de globos a la espalda y salgo volando?
Resultado: La última vez que contactaron con éste oligofrénico pudo llegar a preguntar por el móvil "que cómo se usa el GPS", para poder dar al longitud y latitud de donde se encontraba.
Conclusión: Si algo puede salir mal, saldrá mal. Y si eres un gilipollas, más aún...
Pregunta a Ratzinger Z... ¿Seguro que sólo te avergúenzas de los curas pederastas?
1 comentario:
Este sí que puede afirmar que ha ido al cielo.
Publicar un comentario