miércoles, 16 de abril de 2008

No pasa nada. Y cuando digo nada... es nada.

8:40. Entro muy resuelto a la oficina de correos a echar una carta. Encima me va a sobrar tiempo, me digo.

8:41. Espero de pie con mi ticket electronico, que indica cuándo llegará mi turno. Miro a mi alrededor y pienso que no tardarán en atenderme.

8:45. Ya parece que me va a tocar... inexplicablemente advierto que tengo 15 numeros por delante, a pesar de que en la propia oficina no hay más de diez personas y la mitad son los propios funcionarios de correos (¿?)

8:47. Empiezo a impacientarme. Seguro que roban los números ellos mismos para trabajar la mitad de tiempo.

8:48. Me fijo en una chica sentada, muy mona, pero vestida con ropa un poco infantil. Le planteo mis dudas respecto a su vestimenta y me comenta que cuando entró, íba al colegio. Acaba de terminar las oposiciones a esa misma oficina. Creo con esto que trata de decirme algo, pero no sé qué es.

8:52. Un hombre con notable sobrepeso (lo cual le hace sudar en abundancia), le pide sudando a la funcionaria de turno una caja para meter en ella algo frágil. El resto de funcionarios, hasta un total de 6, parecen no dedicarse a nada que tenga que ver con Correos, enviar paquetes o incluso esa misma oficina. Veo demasiadas caras de sudoku.

8:53. Inexplicablemente siguen intentando encontrar ubicación al dichoso paquete.

8:54. Se me ocurren multitud de lugares donde se puede meter este señor el maldito paquete. Todos son mencionados en al menos un 90% de los tratados de anatomía básica.

8:55. El tiempo pasa cada vez más despacio. Si pasa más despacio se detendría o sería algo así como meter una carta de ajuste en un consejo de ministros.

8:56. No pasa ni una mosca con la que distraerme. Oigo crecer mi propia barba, correr la sangre por mis venas e incluso cómo la filtran mis riñones. Cuento las lineas de las baldosas del suelo. Son exactamente 53. Me pongo a contar las verticales, a ver si me llevo una sorpresa.

8:57. Por fin parece que ocurre algo...se nota en el ambiente... una nube de ritmo frenético invade la oficina de correos...

8:58. La funcionaria, cuyos brazos parecen pensar un kintal por lo lento que los mueve para hacer cualquier cosa, empieza a hablar...

8:59. ...empieza a hablar con otra funcionaria. Falsa alarma.

9:05. ¡¡¡¡Llevo aquí 25 minutos para enviar una puta carta!!!!! Me voy a currar, que se me hace tarde.

17:00. Mi jefe no lo entiende. Pero aún así salgo a las 16h del curro y me meto en la cama cual crío el día de reyes. Sin poder pegar ojo pero con la ilusión de despertarme a las 5am para poder estar el primero en Correos...

2 comentarios:

Señorita Puri dijo...

Es que a quién se le ocurre ir a echar una carta a Ávila...

hadanae dijo...

ja ja ja Puri, esa sí es buena...

cómo me he reído mon...gracias. Lo de que escuchaste crecer tu propia barba ha sido apoteósico.

besos...te los envío por MRW...