martes, 30 de octubre de 2007
Corrección a O.T.
Matizo: Mi vecino no canta como si le estuvieran pisando los huevos a Frankenstein. Lo digo porque hoy me he fijado mejor en la cadencia, tono y total ausencia de ritmo de los guturales sonidos que emite su privilegiada e incomprendida laringe. Más bien canta como si le estuvieran haciendo la cera en las pelotas...
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