
En el caso de las modelos, el mago ese que mezcla cosas en su estómago dividido (¿Cuándo y cómo descubriría dicho poder?), o aquel que le dijeron una vez que era tan fuerte que podría arrastrar un avión y así lo hizo, está claro que la anatomía es el destino.
También hay casos de lucha contra la realidad. A un amigo mío que medía 2,10m, se pasaban el día preguntándole que si jugaba al baloncesto. Y él estaba hasta las narices de la preguntita. (Además, siempre quiso ser bombero torero, pero acabó rindiéndose a la evidencia). Y una vez trabajé con un diseñador daltónico (esto es rigurosamente cierto), que veía el rojo y el verde como marrón, y se pasaba el día preguntándome "Oye, tio, ¿qué color es éste?". Eso si que era una lucha contra la realidad. Ya podría haberse dedicado a ser redactor... pues no.
Yo sin ir más lejos, elegí luchar por ser creativo publicitario. Tuve que vencer a la imposición que el destino tenía reservado para mí.
De esta forma, lo que ha ganado la publicidad lo ha perdido la industria del cine porno.
Ejem. Y eso.
7 comentarios:
La campaña de packaging más inteligente que he visto fue la más simple, la más barata y efectiva: Hace un par de años, cientos de marcas decidieron mandar regalos a un país del tercer mundo y exponerlos en la Puerta de Alcalá: Feber envolvió decenas de juguetes; Planeta miles de libros; y así una y otra marca. Todos cubriendo el césped del monumento con paquetes que mostraban su marca a los medios que se agolpaban para inmortalizar la escena.
Entonces llegó el Corte Inglés y dijo: Yo regalo las bolsas.
Y en cinco minutos metió todos los paquetes en bolsas enormes con el triangulito verde y les jodió el business a los demás.
ooooooooleeeeee!
Ole con Ole. Con un par... de triangulitos.
Al final tendré que rendirme a la evidencia. Los del Corte Ingles son listos muy listos pero yo no quiero que me atrapen. Me da grima su Fórmula Joven, sus navidades para familias bien avenidas, la Semana Fantástica, sus festivales del Mundo y las dependientas que te atacan y fumigan en el pasillo de perfumería.
Mi mayor traume infantil fue que una vez en un coro que había para el día del colegio cogieron a todo el mundo para cantar y a mí no me dejaron ir de lo mal que cantaba. Supongo que el tabaco no ha ayudado mucho al desarrollo de mis capacidades vocales, pero al menos ahora canto cuando quiero...
qué razón tienes! a mi me encantaría haber sido bailarina profesional porque me encanta la música y bailar peeero en cuanto doy una vuelta sobre mi misma tengo que volver hacia el otro lado para desmarearme...
Jajajaja, que mona que eres, hadanae... si yo me mareara cada vez que se me van los pies, no podría vivir... sería como Ramón Sampedro, todo el dia postrado en una cama...
yo también quise ser cosas q no he sido... pero mira, como soñar es gratis.... yo sigo pensando en cosas q me gustaría ser... y reuniendo granitos de arena para conseguirlo... quien sabe...
señores, q soñar es gratis!!
bea
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