jueves, 8 de mayo de 2008

Los Pan-ismos de Peter

No quiero crecer. Lo he decidido hoy. Llevo varias semanas descubriendo que mi verdadera vocación son muchas cosas, pero ninguna trabajar, tener una hipoteca o reproducirme.
A medida que avanza mi vida cada vez menos cosas consiguen hacerme infeliz. Y cada vez soy más feliz. Pero completar mi desarrollo emocional implica que el trabajo, por ejemplo, no me quite tiempo de escribir, reirme, charlar con los amigos... en definitiva, ser.

Ya, ya se que parece una obviedad... pero esto me lleva a reflexionar acerca de una frase que oí el otro día, que hablaba acerca de porqué tantos niños nos parecen especiales y sin embargo hay tantos adultos mediocres... nos ponemos una "máscara de madurez" para pasar desapercibidos en esta áspera sociedad. Es una forma de sobrevivir en ella, que me recuerda a la pelicula de "la invasion de los ultracuerpos". En un momento de renuncio, de mostrarte como eres, la gente te señala con el dedo y no te permite ser un crío si te da la gana, ni sacar tu verdadero yo. Pues que sepáis que Peter Pan a mi lado muchas veces resultaría un viejo. Y eso no me impide pagar el alquiler, o ser capaz de criar a un niño como yo.

No, no quiero crecer. Y no, no me avergüenza reconocerlo. Es más, cuanto más tiempo pasa más me rebelo, y menos me gusta ser un adulto si por adulto entendemos ser egoísta, insensible... duro. Áspero y... cruel.

Cuanto más tiempo pase más yo mismo seré. Menos me importará el que dirán. Acabaré mis días, como dice y desea también mi hermano Pablo, siendo un viejo que se pasea desnudo por todas partes en plan exhibicionista. Por fuera. Pero por dentro, en paralelo, paulatinamente y como dijera en su día García Marquez, iré retrocediendo a la infancia hasta convertirme en un niño, luego en un bebé y después un espermatozoide...

con barba, eso sí.

(A Sara. La mujer cuyos textos me abrigan el alma y me abrazan fuerte el corazón. Y no lo sueltan).

7 comentarios:

Sara Mansouri "Saroide" dijo...

Coincido: lo suyo es ser un cacho Pan.

¡Besazos, Reimon!

:)

Espita Gorgorita dijo...

Totalmente de acuerdo Mr. Salgado

Espita Gorgorita dijo...

Lo que pasa es que yo no quiero tener ni barba ni ser espermatozoide...

leyrecita dijo...

Yo creo en las hadas!Sí creo en las hadas!!! Así que estoy contigo Ramón

Señorita Puri dijo...

Aquí va una frase que leí hace tiempo, de louis aragon: "El hombre no es la negación del niño, sino su desarrollo."

Chúpate esa.

Unknown dijo...

Estoy y no estoy contigo Ramón. Creo que no hay nadie más cruel con sus semejantes que un niño. Dentro de su inocencia o fuera de ella menosprecian y ridiculizan a cada uno que no es "estándar" ya sea por llevar gafas, ser bajito, tener el pelo rizado o cualquier tontería que se les ocurra en ese momento. Creo que cuando nos hacemos mayores sólo recordamos lo idílico de la infancia, pero la madurez es mejor porque podemos coger lo mejor de todas las etapas que hayamos vivido. Yo soy muy cría y creo que en cuanto mi hijilla empiece a relacionarse un poco más con su mundo exterior, se dará cuenta que tiene unos padres (cuento con que Fran es igual que yo en ese aspecto)que son más juguetones que ella, pero yo no quiero ser niña, quiero ser una adulta que no ha olvidado lo mejor de cada momento, olvidando el egoismo y la crueldad, que bajo mi opinión, imperan en la niñez.

Anónimo dijo...

Eso de retroceder a la infancia lo dijo Quino, qué grande... y decía que la vida debía terminar con un tremendo orgasmo. (http://marikikis.com/la-vida-segun-quino)
García Maquez dijo "...se casan sin amor, trabajan por dinero, se cepillan los dientes, se cortan las uñas, y al final (convertidos en adultos miserables) no se ahogan en un vaso de agua sino EN UN PLATO DE SOPA".
He rescatada el Todo Mafalda del polvo y me está alegrando la tarde...