En mi caso, teniendo en cuenta que oigo poco (lo que me da la gana segun mi santa madre), y veo no demasiado bien, un sentido que me funciona especialmente bien es el olfato. No creo que exista nada más evocador en este mundo que un olor de la infancia, pues cuando aparece, por sorpresa, siempre acuden a tu mente los recuerdos a él asociados como si te cayera en la cabeza una cornisa. Plomiza e inesperadamente. No sólo eso, además nadie es capaz de regalar olores evocadores. no ceo que haya nada más peronal. Uno puede regalar un juguete de la infancia, una foto... un sabor. Pero no un olor. Y menos cuando éste es de "la casa de tus abuelos", o "aquella novia que tuviste en la adolescencia" y que te marcó para siempre...De pequeño me encantaban las gomas de milán con olor a nata... los muñecos de tarta de fresa de mis hermanas... el olor de las serpientes y lagartos de goma que vendían en el rastro... son tantos... pero hay uno en concreto, que no logro descifrar, y que cuando esté en mi lecho de muerte acudirá a mi mente de forma inútil, impidiendome decir un ultimo te quiero... (pero sé que era algo con sabor a pera. No se si una gominola, o qué...).
Pero ¿Y los países? ¿Tienen olor? He viajado poquito, pero gracias a Shakespeare sabemos que Dinamarca huele a podrido. Una vez le preguntaron a Julio Iglesias a qué olia España. Y ni corto ni perezoso, contesta: "Spaña (si, con "s" liquida), Spaña huele a ajo"... toma ya. Luego siguió: "es un cond... condominio... condimento maravilloso"... (¿condominio?).
En fin.
Pero diga lo que diga Julio, para mí sólo hay un olor que identifique a España, no importa cual sea la comunidad autonoma, si es una isla... o si son Ceuta o Andorra.
Coincidiréis conmigo en que España huele a café con leche.

